domingo, 13 de noviembre de 2016

Cuanto más se dice, menos se hace.

Tendemos a tener una inercia impulsiva a expresar palabras que supuestamente explican nuestro pasado o presente. Nos encanta hablar dando poder a lo, presuntamente verídico que pasa por el camino de nuestras vidas para sentirnos complacientes. Y aunque nos defina lo de: “nada más lejos de la realidad” insistimos en nuestro propósito para aumentar nuestro ego imaginario y alimentarlo con innumerables falacias que solo nosotros mismos percibimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario