Tiempo atrás el azar quiso que estuviera
en el lugar y el momento oportuno para conocerla. Llegó a ser muy especial para
mí, aunque en ocasiones las circunstancias se volvían complicadas. Hubo
situaciones en las cuales predominaba la tristeza, los sollozos o el
arrepentimiento, pero sin duda prevalecía la felicidad.
Tuvo que irse, llevándose un
trozo de mí. Y cuando al fin me recompuse, apareciste tú. Es extraño como la
vida puede zarandearnos sin ni siquiera advertirnos, no tiene en cuenta nuestros sentimientos ni evade lo que nos
podría hacer daño. Simplemente ocurre, pero necesariamente debe pasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario